San Juan, Puerto Rico
7 de marzo de 2021
En la próxima asamblea del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) está en juego la capacidad que tendrá la Red de Talentos y Saberes (RTS) de influenciar la toma de decisiones en el Consejo Ciudadano Nacional (CCN). Ese día se decidirá si se ratifica el balance de asientos de todas las Redes que se definió en la pasada asamblea o si se altera, en cuyo caso la única que se beneficia es la Red Territorial que pasará a controlar al Movimiento con casi 50 votos (de un total de 111). Esta situación nos obliga a tomar una posición sobre cuál de las Redes del Movimiento es más importante, cuando la realidad es que la combinación equitativa de todas es la fórmula que nos fortalece.
La estructura territorial es el modelo que usan todos los partidos para organizarse. Es una pirámide para canalizar necesidades de los ciudadanos. En la base se encuentran personas que son miembros de comunidades. Éstas se reportan a un coordinador electo que representa un sector geográfico y este, a su vez, se reporta a otro coordinador electo que cubre un territorio más amplio todavía. El resultado es una pirámide donde personas en el nivel más alto ocupan sillas en la mesa de discusión (entiéndase el CCN).
La estructura de talentos y saberes es un modelo novedoso que atrae personas que no necesariamente interesan participar en reuniones de partido, pero quieren aportar desde el conocimiento que poseen. En esta estructura participan maestros, obreros, profesionales, empresarios, activistas, e investigadores, entre otros, que proceden de diferentes comunidades sectoriales (y territoriales). Las 30 sillas del CCN son ocupadas por personas que trabajan en esta estructura horizontal donde se discuten, en el día a día, las causas de problemas sectoriales y sus soluciones.
La combinación de ambas estructuras es un concepto poderoso. La RT identifica problemas y RTS ayuda a resolverlos. Cuando la RTS atiende problemas sectoriales, la RT se beneficia. RT organiza personas que ayudarán como funcionarios, y RTS atrae personas que de otra manera nunca serían miembros militantes de un partido. El tener que elegir cuál de las estructuras debe tener más asientos en el CCN, es como decidir si la voz del coordinador del territorio de San Juan tiene más peso que la de una persona que personifica la lucha ambiental en toda la isla; o si las voces de las comunidades como El Caño son más importantes que las de los maestros.
El MVC no es un partido tradicional. Involucrar talentos y saberes en la toma de decisiones es parte del cambio que traemos a la política. Cuando alejamos los saberes de la toma de decisiones, le damos más poder a un modelo territorial que en otros partidos produce líderes como Rivera Schatz, los Roselló, y Donald Trump. Necesitamos crear un balance entre el deseo de personas que tradicionalmente votan por intuición en un territorio, y el deseo de otras que votan por personas con capacidad para resolver problemas. El darle a la RTS participación equitativa en la toma de decisiones nos aleja de los excesos que ocurren cuando se empiezan a elegir personas por razones que nada tienen que ver con su capacidad para gobernar. De esto nos advirtió Platón en su obra “La Republica”, donde también habló de la importancia de los sabios en el estado de gobierno ideal.
Maritza Ramírez Irizarry
PD. Sobre la Red de Colectividades que no menciono en este artículo pero también experimenta la misma suerte, no tengo más que decir que MVC es el resultado un junte colectividades, que con o sin nombre oficial, se unieron para formar un movimiento. La intervención que tuvieron las colectividades en el éxito de la campaña de San Juan fue tan importante que casi se eligió un alcalde y una representante sin la existencia de una red territorial.